Hoy hemos salido de las aulas para plantar árboles.
Los alumnos de las dos divisiones de Sexto Grado, "A" y "B", juntamente con el Señor "Tito Luque", a cargo de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Marull, quien ha tenido la gentileza de invitarnos para protagonizar tan bonito evento, y las docentes a cargo de las dos divisiones de 6º Grado, Señorita Silvia y Señorita Nancy, quien suscribe.
Hemos caminado en armonía las seis o siete cuadras que separan la escuela de la Avenida Mariano Marull, de nuestro queridio pueblo y una vez allí nos hemos dedicado de lleno a la tarea de cortar los hilos, poner los terrones con mucha suavidad en los hoyos anteriormente cavados, colocar y alinear las estacas o tutores para que crezcan derechitos...(y allí me quedé pensando en ellos como árboles pequeños, y reflexionando sobre mi papel de tutor).
Luego cubrimos con tierra, resaca y finalmente aserrín.
Dio gusto, realmente, trabajar y ver trabajar a los niños con tanta alegría.
No se si ellos alcanzan, con sus pequeños once años de edad, a dimensionar el significado tan profundo de "plantar árboles".
No sé si tomaron conciencia de que esos lapachos tan delgaditos y frágiles, se convertirán en árboles al tiempo que ellos se conviertan en hombres y mujeres.
Por ahora me conformo con imaginar que cuando sean hombres y mujeres, y hayan forjado sus vidas tal vez lejos del pueblito que los viera nacer y crecer, pasen un día por estas calles y le comenten a sus hijos, con mucho orgullo: "Yo planté ese lapacho".
Le dejo a usted, querido lector, la libertad para imaginarse la mezcla de sensaciones y sentimientos que se suscitarán en éstos, nuestros alumnos de hoy, hombres y mujeres del mañana, cuando haya transcurrido la vida y corrido savia por años en los troncos de los retoños que hoy acaban de plantar.
martes, 20 de octubre de 2009
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