viernes, 10 de diciembre de 2010

CONSTRUIR UNA CATEDRAL


Cuenta una leyenda que hace muchos siglos unos trabajadores estaban cargando enormes piedras para hacer una gran obra. Pasó por allí un caminante, se etuvo y le preguntó a un trabajador:
-¿Qué haces?
-¿Es que no lo ves?- Respondió éste.
-Estoy cargano sobre mis hombros esta enorme piedra, trabajando como un burro y muriendo de sed.
Dio unos pasos el viajero y le preguntó a otro trabajador:
-¿Qué haces?-
-Pues no lo ves? Muriendo de sed y calor, acarreando grandes piedras. Sólo si Dios me ayuda lograré terminar con mi tarea-
Continuó caminando el viajero y le preguntó a un tercer obrero:
-¿Qué es lo que haces?-
-ESTOY CONSTRUYENDO UNA CATEDRAL- Respondió éste con seguridad.
Los tres hacían el mismo trabajo, al mismo tiempo y en iguales condiciones. Pero con actitudes diferentes.
¿No suele suceder ésto con los docentes en una misma escuela, con iguales alumnos en una misma Comunidad?

Siempre he dicho que el maestro es un sembrador, es iluso, sí.
Qué sembrador no lo hace con ilusión.
Y es paciente, porque la cosecha es a largo plazo y a veces ni siquiera sabe si dio o no frutos.
Pero si no tenemos ilusión, si no podemos soñar con un mundo mejor, si no estamos seguros de que ESTAMOS FORMANDO HOMBRES Y MUJERES DE BIEN, somos como aquellos dos primeros trabajadores pesimistas.
Hace sólo unos días mi hijo me dijo: -
“Sueño con cambiar el mundo, sé que es posible y lo estoy intentando, y si no lo es al menos pienso morir en el intento”-
Entonces le dije:
-El mundo es muy grande, no seamos demasiado ambiciosos, pero habremos dado un gran paso si logramos cambiar nosotros y dar ejemplos en el ámbito que nos rodea-
Las grandes empresas asustan, porque son como inmensas escaleras, pero empecemos subiendo un escalón, el primero. Y uno a la vez.
Alguien a nuestro alrededor nos ha de imitar, sea alumno, compañero de trabajo, o con suerte nuestro superior.
No debemos bajar los brazos.
Trabajemos en nuestra obra y no perdamos el gran objetivo, a pesar de la incertidumbre que nos causa el no saber si se cumplirá o no algún día.

jueves, 18 de noviembre de 2010

JEFES TÓXICOS

Emanaba autoridad sin proponérselo, no sólo en las aulas, sino en todo el pueblo. Ejerció la docencia como Maestra de Primario, Profesora de Secundario y Directora en ambos niveles. Mi homenaje para ella, quien dio ejemplo de autoridad sin autoritarismo.

Con este título comienza el tema sobre el cual nos hace reflexionar esta semana el célebre educador malagueño a quien tanto admiro y desde hace años sigo en su blogg del diario La Opinión de Málaga, Miguel Ángel Santos Guerra.
Y he aquí mi opinión al respecto:
La autoridad no es un mero cargo.
Oí de un director que la lucha por el poder en los centros educativos es atroz, y que pocos entienden que la autoridad se gana con humildad, demostrando sabiduría, solidaridad, sentido común, alegría, afecto, deseos de superarse y de crecer aprendiendo los unos de los otros, co-aprendiendo en un clima de respeto, confianza y tolerancia.
Pero existen jefes tóxicos en todos los ámbitos laborales, y  no solamente los jefes pueden ser tóxicos. A estas personas sólo las mueve el temor.

domingo, 26 de septiembre de 2010

EL SENTIDO DEL DEBER


El derecho y el deber son como los vasos sanguíneos: arteria y vena.
Cada derecho debe ir acompañado de su correspondiente deber.
Un niño tiene derecho a recibir educación, pero tiene el deber de estudiar y esmerarse.
Yo tengo derecho a usar y disponer de mi propiedad, pero tengo el deber de respetar a mi vecino, pues no por ser dueño de mi casa y mi equipo de sonido puedo enloquecer con ruidos a los vecinos.
Y así sucede con cada derecho.
Pero pasa a veces que hay quienes tienen fuertemente arraigado el sentido del deber, y son aprovechados por otros más solapados y van así recargando al más responsable.
Un día dije muy enojada en la dirección de una escuela:
-Lo que pasa es que esta institución es como un carro de caballos, al que más tira más le pegan, y el más mañoso se lleva siempre la parte más fácil-.
Quedó la anécdota que casi me cuesta un acta, pero se debieron repensar ciertas situaciones.
He reflexionado sobre el sentido del deber en este día especial, el de nuestro BICENTENARIO como nación libre, ya que la libertad sólo sobrevive donde se establecen y respetan unos derechos y unos deberes.

jueves, 19 de agosto de 2010

LOS MEDIOS BASURA


Acerca de ellos nos ha puesto a reflexionar hoy el maestro Migue Ángel Santos Guerra, desde el diario “La opinión de Málaga”, con su cálida Filosofía de la Educación que disfruto cada sábado y de la cual nutro mi espíritu. Y aquí fue mi propia opinión al respecto:
Parece que los medios basura constituyen un virus mundial. Aquí en La Argentina pasa exactamente lo mismo. Lo que importa es lo que vende. De pronto un programa de baile se convierte en pornografía a pleno día, fuera de horario de protección al menor…Todo es comercio, todo es dinero. La cultura parece ya algo olvidado, a veces ridículo.
Por suerte en mi casa ninguno de los cinco integrantes aporta puntos al “rating” de esos programas basura, y el que está radicado en Madrid jamás perdería su tiempo viendo ese tipo de televisión, completamente despojado de educación y cultura.
Yo sostengo que en la casa, y desde la más tierna infancia se deben inculcar en los niños los valores. Qué digo. Antes de la infancia, ya desde el vientre de la madre.
La Educación es responsabilidad de todos, pero cuando un padre ve que nadie agarra las riendas, tendrá que hacerlo él, y a conciencia. Se trata de su hijo, de lo mejor que le ha dado la vida. Y no hablo como educadora porque hace un tiempo estoy fuera. Pero aunque alejada de las aulas, seguiré siendo maestra mientras viva.


martes, 6 de abril de 2010

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS




Hay quienes sostienen que existe una generación adicta a las nuevas tecnologías, esos cables infernales que mantienen conectadas a las personas aún desde los más recónditos lugares del planeta.
Pertenezco a otra generación, la de los teléfonos con aquellas lentas operadoras, aquella misma generación que vio por primera vez la televisión en blanco y negro en la casa del vecino rico (suelo contarles esto a mis alumnos y me miran como si les hablara desde un antiguo libro de cuentos de ficción), sin embargo hoy no podría ni imaginar mi vida sin el Internet o sin la Telefonía Celular (CTI, aquí no los llamamos móviles, sino celulares o CTI), sería una pobre huérfana de hijo, ya que mi primogénito vive en España desde hace dos años y desde entonces no puedo abrazarlo ni tomar mates con él.
El Internet y el CTI me ayudan a estar a su lado. Lo siento cerca. Sé que hoy se fue de pesca, compartimos el mate aunque más no sea cada uno en su monitor, con su propio mate y viéndonos por la Web Cam.
Mis abuelos se vinieron de Europa y nunca más supieron de sus familias. Eso debe haber sido muy doloroso.
Sólo cuando mi hijo se marchó pude ponerme en la piel de mis bisabuelos, y la verdad no es para nada gracioso estarse allí. Duele, duele infinitamente.
Hace dos años que vivo preguntándome cómo habrán podido asumir tanta ausencia, cómo asimilar tantas nostalgias, cómo resignarse a no volver a abrazar jamás a sus seres más queridos.
Hace algún tiempo le dije a mi paralela de grado: Si no nos interiorizamos de las nuevas tecnologías seremos analfabetas.
Necesitamos estar un poco a la vanguardia, ya todos los niños, por pequeños que sean conocen cómo funciona el chat, un correo electrónico o cómo subir una foto o un vídeo a la red.
No podemos correr detrás de nuestros alumnos ignorando qué ven, qué espacio virtual visitan, si éstos son o no aconsejables; es preciso que aligeremos un poco el paso, pasar adelante para seguir iluminando el sendero, ya que es esa nuestra misión, por eso nos llamamos maestros.
Fue entonces cuando comenzamos a hacer cursos para poder incursionar en estos medios, que si bien a veces nos sumergen por horas frente a un monitor, desconectados del mundo cercano, también nos informan, nos educan, nos comunican.
No obstante en Argentina, me atrevería a afirmar que sólo dos de cada diez docentes, incluyendo directores e inspectores, están capacitados para buscar una información en la web, enviar planillas o archivos por e-mail, bajar un archivo a un disco, colgar fotos en la red, bajar música o vídeos de la web, y otras tantas actividades, que no son pasatiempos, sino trabajos.
Muchas personas de mi generación y mucho más jóvenes aún tienen aversión o temor a prender una computadora. Es una pena.
TODO EN SU MEDIDA Y ARMONIOSAMENTE, escribió un gran estadista argentino.
No nos vayamos a los extremos. No debemos dejar que nos absorban al punto de esclavizarnos, pero no podemos vivir de espaldas a la realidad.
Debemos ser un poco humildes y reconocer que nuestros alumnos en esto nos llevan ventajas. Aprendamos de ellos, el maestro debe enseñar y aprender de por vida.
Los avances tecnológicos están a nuestro alcance enhorabuena.
Debemos administrarlos correctamente, es nuestra reponsabilidad como actores de la educación.
Ningún adelanto es malo, a mi juicio, lo malo puede llegar a ser el mal uso que hagamos de ellos.
Sólo hay que estarse con los ojos bien abiertos.

jueves, 1 de abril de 2010

ACERCA DE LA LEY, LA NORMA Y LA TRAMPA


Las leyes y las normas.
Las leyes están hechas para ser cumplidas.
La ley es la ley.
Sin normas el mundo sería un caos.
Si no existieran las normas, la convivencia sería imposible.
Hasta allí todo bien.
Pero…hecha la ley, hecha la trampa.
¿Por qué nos resulta tan difícil ajustarnos a las leyes?
¿Por qué tan a menudo las transgredimos? ¿Por qué el rechazo a cumplirlas a rajatabla? ¿Cuál es el origen de la resistencia?
Pareciera un designio ancestral, heredado desde tiempo inmemorial, allá por la época de la Colonia, cuando las autoridades tan distantes, aquellos lejanos Reyes de España nos imponían sus normas sin consensuar ni consultar. Creo que de allí viene nuestra resistencia a someternos a la ley.
Tenemos quizá un concepto equivocado, lo hemos internalizado mal, nos hicieron entender que la ley es sinónimo de sometimiento.
Pero claro, es que esas no eran leyes hechas a nuestra medida.
Me parece que a estas alturas de nuestra historia debiéramos ir entendiendo, o tratando de entender, que las leyes deben ser pensadas para que nos sirvan a nosotros, y no para que nos esclavicen, condenándonos a la infelicidad. Por el contrario, debieran estar concebidas para hacernos justos, ecuánimes, felices.
Muchas veces las leyes no están mal pensadas, mal redactadas ni mal establecidas, pero sí mal aplicadas.
Así el jefe se escuda en la ley para someter al subalterno con autoritarismo disfrazado de autoridad.
“Yo podría permitirte entrar, pero es hora de cerrar, la ley es la ley, lo lamento, está cerrado”.
“Ya sé que tu auto se quedó atascado en el camino de tierra por la lluvia y el barro, pero no llegaste a tiempo, lo lamento, tienes la falta”.
Y así podría citar miles de ejemplos.
Hay personas que gozan con el sufrimiento de otras.
Pero también hay personas que interpretan la ley de manera diferente. Son humanas. Saben hacer otra lectura. No es que todo esté permitido, pero flexibilizan.
Y así, hablando en la jerga escolar se suele escuchar:
-Puedes hacerlo, pero recuerda que existe una norma. Será la última vez-
Es cierto también que muchas veces uno les da la mano a los niños y ellos se toman el codo.
Aunque nadie puede negar que muchas veces los niños necesitan realmente ir al baño, o tomar agua, o de verdad olvidaron de la tarea sobre la mesa...
Entonces uno no sabe en algunas ocasiones cuál es la manera correcta o más aceratada de actuar.
Tal vez sea más fácil ajustarse a la norma, ser rígido, exigir que se cumpla, que cada quién se atenga a las consecuencias, hacer caer todo el peso de la ley.
La verdad no sé.
Generalmente me inclino por pensar desde el corazón que la rigidez es una cualidad de las rocas, y no de los seres humanos.

sábado, 20 de marzo de 2010

MAMÁ, NO QUIERO IR A LA ESCUELA


Cada sábado religiosamente leo y opino en EL ADARVE, blog-foro de opinión de Miguel Ángel Santos Guerra, y este sábado el tema gira en torno a lo que una mujer, luego de una conferencia por él dictada le ha comentado con aflicción.
Este fue el diálogo que la mujer mantuvo con su hijo.
-Mamá quiero ser viejo-
-Por qué quieres ser viejo, hijo?-
-Para no tener que ir a la escuela-
Y nos dice además con qué angustia se lo ha narrado la madre, que es a la vez una educadora.
Sí, de verdad buen tema, mucho para reflexionar. ¡Que un niño prefiera convertirse en viejo antes que ir a la escuela! En verdad nos pone a pensar.
Siempre me he preguntado por qué sucede eso. No me lo he podido responder, y menos con una respuesta única.
Habría que ver en qué contexto se dio la situación. Qué niño, qué edad, qué escuela, qué situación familiar.
Puede ser un niño que no quiere tener compromisos ni obligaciones, es más lindo quedarse a dormir hasta tarde y levantarse a hacer lo que a uno le vienen ganas. ¿Y a quién “no le gustaría, acaso”, como dijo Joan Manuel Serrat?.
Me preocupa la tristeza de la madre, el sentimiento que ese niño logró despertar en ella.
Creo que si uno de mis hijos me hubiese planteado lo que a ella le planteó el suyo, ésta hubiese sido mi respuesta:
-Y yo quisiera ser Peter Pan, para no llegar nunca a vieja, fíjate hijito querido. Tú no tienes idea de lo que es “ser viejo”-
Los niños saben muy bien cómo manipular a sus padres, y conocen perfectamente las trampas del amor.
Luego, por supuesto, conversaría mucho con él para saber por qué razón no quiere ir a la escuela. Si hay buen diálogo con el niño, no veo la razón por la que éste no pueda expresarla.
Puede ser que algún compañero le haya hecho algún tipo de amenaza, que se sienta discriminado, que no le faciliten integrarse a juegos o trabajos, que algún tema le resulte muy difícil y ya no se atreva a pedir una nueva explicación, que las clases sean aburridas...…pueden ser tantas las causas!
Generalmente los niños que se niegan a asistir a clase son los que recién comienzan, tienen temor a lo desconocido, ya que no saben qué pasa allí dentro.
Recuerdo el caso de una niña, hace ya muchos años, que se negaba a ir a la escuela. Pero nunca había asistido a clase, debía empezar primer grado.
Todos sus hermanos mayores concurrieron normalmente a la escuela, pero esta niña se nagaba. Llegaba llorando a acompañada por la madre a veces, hermanos, el padre incluso decidió un dia llevarla en auto, pero no consiguió que la niña se soltara de la puerta del vehículo. Era una situación casi dramática, una familia completa en un auto, tratando de arrancar por la fuerza a una niña que chillaba desesperadamente.
No hubo poder que hicera que la niña pisara siquiera la vereda de la escuela.
Perdió el año escolar. No se que habrá pasado al año siguiente con la niña, si habrá logrado al fin resolver su conflicto.
¡Las personas somos tan complejas!

Además de maestras debiéramos ser psicólogas para poder desentrañar cada sufrimiento que vemos aflorar a unos ojos con lágrimas.

Y transcribiré aquí las palabras de Eva Salinas, gran maestra asturiana, quien muy acertadamente expresó en su comentario:
Trabajamos con cabecitas guiadas por corazones, y eso es lo más frágil que existe.

martes, 16 de marzo de 2010

MUJERES


He leído hoy un artículo acerca de nuestro día, EL DÍA DE LA MUJER.
Expresa en una parte que las mujeres trabajamos mucho, en la casa y fuera de ella y que a los hombres se les han ido quitando algunas responsabilidades de sus mochilas.
Pero disiento un poco en este sentido.
Por estos tiempos algo está cambiando.
Siempre digo que "he sido una vanguardista", porque desde los tiempos del comienzo de mi matrimonio , hace ya casi 30 años, cuando la mayoría de las mujeres de mi edad se rompían el alma para hacer todos los trabajos de la casa, atender a los niños y a los esposos como si estuviesen en un hotel y trabajar además fuera del hogar, yo opté por compartirlo todo con mi esposo, lo hice partícipe de todo: Cambiar los pañales de los niños que llegaban al mundo uno tras otro, preparar sus biberones, darles sus vacunas, llevarlos al jardín cuando yo no estaba...Claro, que no me resultó para nada una tarea fácil. Hubo que romper esquemas y tradiciones. Tomé muy en serio esto, como parte del precio a pagar por ser maestra.
Hubo una suerte de choque en las familias de mi esposo y en la mía propia cuando descubrieron que DELEGUÉ LA COCINA AL HOMBRE DE LA CASA.
Tuve que luchar con las miradas y comentarios atroces de mi madre como este:
-Yo jamás permití a tu padre tocar ni la tapa de la olla, qué hace ese hombre en la cocina!
O de mi suegra cuando decía:
-Si no está el padre no hay quién cocine-
Era una lucha terrible, a pura espada y lanza, pero no desistí.
-El matrimonio es de a dos. Los hijos son tanto del padre como de la madre- Repetía yo cada vez que tenía una oportunidad. No puedo estar al mismo tiempo en la casa y en el trabajo.
Tuve que reconocer que sola no podía con todo. Necesitaba auxilio.
A veces nos quedan sentimientos de culpa, ya que nos perdemos muchas cosas, que lejos de ser trabajos son momentos impagables e irrepetibles, sin replay, como lo son el hecho de acompañar a nuestros hijos en su primer día de clases, o verlos actuar en las fiestas escolares...
Y bien, no pasó nada.
Mi esposo disfrutó mucho de nuestros hijos, y lo continúa haciendo. No se pierde oportunidad de compartir sus tiempos. Se creó, eso sí, un vínculo muy fuerte entre ellos.
Creo que hemos criado a nuestros hijos con total equilibrio y sin traumas.
Mis tres hijos varones cocinan maravillas, como su padre. La niña, igual que la madre, en la cocina es poco creativa.
Pero todo está bien, y todo el mundo aceptó nuestras reglas familiares.
Ni los hombres son menos hombres ni las mujeres nos sentimos menos mujeres por compartir las tareas del hogar.
Hay que reconocer que a las mujeres nos cuesta dar participación a los hombres y ceder algunos espacios.
Aún no hemos inventado el día del hombre, creo que estamos en deuda.

domingo, 7 de marzo de 2010

SOBRE LA MAGIA DE LAS PALABRAS


Toda la familia está pendiente de aquella primera mágica palabra que pronunció el bebé.
La maestra de primer grado está embelesada con la primera palabra que logró leer o escribir su alumno.
Gracias a la magia de la palabra nos es posible intercambiar opiniones, experiencias y sentimientos.
Siempre he pensado con mucha pena en las personas agonizantes, no tanto por lo que puedan sufrir a causa del dolor físico, sino porque me resulta mucho más terrible pensar que teniendo necesidad de expresar algo no puedan comunicarlo a causa de haber perdido el don de la palabra.
Hay quienes hacen de la combinación de letras y palabras arte.
Hay quienes teniendo pocas palabras disponibles expresan maravillosos pensamientos.
Hay quienes hablan hasta por los codos sin comunicar mucho.
Hay quienes hasta con sus silencios logran expresar sentimientos.
A mí me fascina interpretar mensajes entre líneas, lo que dijeron o escribieron mis alumnos y decodificar qué quisieron expresar más allá de las palabras.
Las palabras tienen magia.
Leer-escribir-hablar-escuchar-acordar-interpretar-imaginar-inventar-recrear-disfrutar-fascinar.
La PALABRA es herramienta fundamental a la hora de comunicar, de conciliar y de apropiarnos de conocimientos y cultura, en definitiva de educar, que es nuestra tarea específica.
Que no nos falte la PALABRA, maravillosa manera de crecer permanentemente y mantenernos jóvenes, porque cuando dejemos de crecer comenzaremos a envejecer independientemente de nuestra edad cronológica.

miércoles, 3 de marzo de 2010

A LOS PADRES DE MIS ALUMNOS




Tu hijo es el mejor regalo que te ha brindado la vida.
Necesita que lo escuches aunque estés muy cansado, aunque el sueño te domine.
Abrázalo, dile AHORA lo mucho que lo quieres, aunque tengas mil cosas que hacer, aunque esté interrumpiendo tu trabajo, aunque tu tiempo sea oro. Justamente por eso, porque este tiempo ya no ha de regresar, aunque quieras pagar oro por ello.
Interésate por sus triunfos y sus fracasos, pregúntale cómo salieron hoy sus cosas.
Y no pienses que a los niños por ser niños siempre les va bien.
Hace poco un alumno me dijo:
"Seño, ¿usted cree que a los chicos nunca nos va mal? A nosotros también algunas veces nos va bien y otras mal".
Habla a menudo con él, haz que se sienta acompañado y apoyado. Él, igual que vos diariamente se enfrenta a la vida y debe sortear dificultades.
Trata de descubrir para qué es bueno, porque seguro que es el mejor en algo, si no es en el cálculo será en redacción o en lectura, quizá sea bueno pateando penales o atajándolos, inventando cuentos o chistes, patinando, actuando, jugando ajedrez, pintando o cantando, recortando, zapateando...
Estimúlalo ante el acierto, acéptalo ante el error. ¿O es que acaso no tenemos todos derecho a equivocarnos y aprender de nuestros propios errores?
Ámalo. Ámalo tal y como es, con sus defectos y sus virtudes, con sus aciertos y sus errores, con sus alegrías y sus silencios.
Porque necesita sentirse amado para crecer, y porque es un niño, como el niño que tú fuiste, como el niño que, si buscas bien, aún vive dentro tuyo.

Con cariño:
Nancy - La maestra de tu hijo.

sábado, 20 de febrero de 2010

COMPETENCIA Y CALIDEZ HUMANA


Poco a poco vamos dejando de hablar de aprendizaje como contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales, vamos cambiando nuestra mirada, dejamos de referirnos al término saberes como cúmulo de contenidos académicos para hablar de COMPETENCIAS.
Formar estudiantes competentes, lograr que adquieran competencias, es decir saber y saber hacer. Saber para actuar. Para desenvolverse en la realidad, en un mundo que cambia vertiginosamente. Adaptarse a los permanentes cambios.
Para formar estudiantes competentes se necesitan maestros competentes. Empezar por casa. Es muy importante el profesionalismo docente, estudiar y actualizarse, y no es esto una novedad, creo que siempre los maestros hemos procurado aprender mientras enseñamos y guiamos a los educandos. Pero no debemos olvidar la CALIDEZ HUMANA.
La competencia y la calidez humana debieran ir siempre de la mano, y me parece que generalmente es así. Sería muy feo que a nuestro hijo lo tratara un profesional de de la educación o de la salud incompetente aunque amoroso, pero no sería muy lindo que le tocase uno capaz e inhumano.
Nunca olvidaré esa etapa de mi vida que marcó para siempre un antes y un después en nuestra familia, cuando a mi hijo recién nacido se le diagnosticó Hirschprung, y debía ser sometido a varias cirugías incluyendo colostomía (ano contra natura).
Siempre pienso que fuimos afortunados al dar con un equipo de profesioales competentes tanto en su profesión como con el trato hacia los pequeños pacientes y a sus padres, tan humanos, tan atentos a los dolores del cuerpo como a los del alma. De no haber sido así la hubiésemos pasado pésimo mi esposo y yo que debimos soportar largas esperas a las puertas del quirófano o de la U.T.I. pediátrica, y tal vez mi hijo hoy no estuviera haciendo su ingreso en la Universidad.
Ésto es válido siempre, ya sea en salud, en educación, en política…Capacidad y calidez humana. La falta de afecto puede llevar a la muerte también.
Del dolor se aprende. Y yo aprendí que un abrazo fuerte mitiga dolores insoportables.

lunes, 15 de febrero de 2010

SOBRE LA AUTOESTIMA


Cuando una persona tiene la autoestima alta es difícil que le hagan quedarse en el suelo abatido luego de una caída, porque esa persona cree en sí misma, en sus capacidades, en sus virtudes.
Pero está lleno de personas que no se creen capaces de enfrentar ciertos retos hasta tanto alguien desde fuera no logre convencerlo de que sí es capaz y le demuestre que cree y confía en él.
Y este es el lugar desde donde debe partir el buen maestro para ayudar a su discípulo a tomar las riendas de sus aprendizajes, el timón o los remos de sus vidas.
Creo que todos alguna vez en la vida hemos mirado algún desafío con temor, y si lo hemos podido enfrentar y superar ha sido en parte fruto de nuestro esfuerzo, tesón y optimismo, pero si buscamos mejor descubriremos que siempre alguien de nuestro entorno nos ha influenciado de manera positiva.
Lo he vivido y experimentado. Lo he visto en las personas que me rodean, con quienes comparto mi vida.
Me he esforzado por alentar a mis hijos en muchas ocasiones.
Lo he observado con frecuencia entre mis alumnos.
Unas pocas palabras suelen ser el remedio. Hay que saber encontrarlas, hay que "dar en la tecla". En ocasiones ni cuenta nos damos.
De allí mi gran deuda con mis padres.
Y de allí también mi admiración, respeto y cariño hacia algunos maestros que la vida me deparó.