sábado, 20 de febrero de 2010
COMPETENCIA Y CALIDEZ HUMANA
Poco a poco vamos dejando de hablar de aprendizaje como contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales, vamos cambiando nuestra mirada, dejamos de referirnos al término saberes como cúmulo de contenidos académicos para hablar de COMPETENCIAS.
Formar estudiantes competentes, lograr que adquieran competencias, es decir saber y saber hacer. Saber para actuar. Para desenvolverse en la realidad, en un mundo que cambia vertiginosamente. Adaptarse a los permanentes cambios.
Para formar estudiantes competentes se necesitan maestros competentes. Empezar por casa. Es muy importante el profesionalismo docente, estudiar y actualizarse, y no es esto una novedad, creo que siempre los maestros hemos procurado aprender mientras enseñamos y guiamos a los educandos. Pero no debemos olvidar la CALIDEZ HUMANA.
La competencia y la calidez humana debieran ir siempre de la mano, y me parece que generalmente es así. Sería muy feo que a nuestro hijo lo tratara un profesional de de la educación o de la salud incompetente aunque amoroso, pero no sería muy lindo que le tocase uno capaz e inhumano.
Nunca olvidaré esa etapa de mi vida que marcó para siempre un antes y un después en nuestra familia, cuando a mi hijo recién nacido se le diagnosticó Hirschprung, y debía ser sometido a varias cirugías incluyendo colostomía (ano contra natura).
Siempre pienso que fuimos afortunados al dar con un equipo de profesioales competentes tanto en su profesión como con el trato hacia los pequeños pacientes y a sus padres, tan humanos, tan atentos a los dolores del cuerpo como a los del alma. De no haber sido así la hubiésemos pasado pésimo mi esposo y yo que debimos soportar largas esperas a las puertas del quirófano o de la U.T.I. pediátrica, y tal vez mi hijo hoy no estuviera haciendo su ingreso en la Universidad.
Ésto es válido siempre, ya sea en salud, en educación, en política…Capacidad y calidez humana. La falta de afecto puede llevar a la muerte también.
Del dolor se aprende. Y yo aprendí que un abrazo fuerte mitiga dolores insoportables.
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