lunes, 9 de junio de 2008

LO ESTOY INTENTANDO

Hoy una niña me dijo:
-Señorita, esto no me sale. Yo no lo hago. Es muy difícil.
-Pues, inténtalo una vez más.
-Bueno, pero si me sale mal, es por que lo estoy intentando.

¡Qué linda frase! Y con qué espontaneidad y frescura fue dicha.
-Por supuesto. Si lo intentas te puede salir mal o bien. Si no lo intentas, es seguro que nunca te equivocarás, pero nunca te habrás brindado la oportunidad de hacerlo bien.
Recuerden el día que aprendieron a andar en bici.
¿Acaso alguien salió pedaleando sin ninguna dificultad, sin caerse, sin darse un porrazo?
Cada problema nuevo es un reto, un desafío nuevo.
A veces los chicos se niegan a pensar para resolver situaciones nuevas, y yo me pregunto: ¿A qué se debe?
Creo que algunas veces es por temor a equivocarse, a quedar en ridículo ante la clase, frente a sus compañeros.
Aunque muchas veces es por comodidad.
Claro. Si hoy todo viene hecho. Desde el mapa hasta la leche chocolatada.
¿Cuántos niños saben prepararse la leche?
¿Cuántos saben ponerse el reloj y levantarse para ir a la escuela sin que sus padres los despierten?
A veces somos los adultos los que, por evitar que los niños se equivoquen, por no aceptar que tienen que cometer errores, preferimos darles las cosas servidas, y no nos damos cuenta que les estamos quitando oportunidades de aprender a resolver sus propios problemas, de manejar sus vidas, de ser autónomos.
Y lo que es peor, cuando algo les sale mal los retamos, en lugar de estimularlos y alentarlos para que sigan avanzando hacia lo correcto.
No es malo ver trabajos borroneados después de los repetidos intentos, y no debemos cansarnos de observar la voluntad puesta en cada viaje que los niños realizan desde sus mesas de trabajo hasta nosotros, para consultarnos.
Lo que en realidad importa, es que al final del desafío cada niño haya podido arribar a una conclusión y se sienta seguro de poder resolver otra situación semejante a partir de esa consecución.

Debemos estimular a los chicos a pensar y resolver sus propios problemas. A intentar una y otra vez alcanzar sus metas. No poner tanto énfasis en lo que está mal, sino reparar en sus ganas de superarse, orientándolos por otros caminos posibles para alcanzar la resolución, reconociendo siempre lo que está bien hecho.
Indiquemos dónde está el error, sin poner con nuestra lapicera lo correcto, pues esto es como decir:
-Está mal. Caso cerrado. Perdiste la oportunidad de hacerlo bien.
Yo prefiero decir:-Te equivocaste aquí. Pensá, hacelo de nuevo y volvé.
A menudo ellos dicen:
-¿Todavía estoy a tiempo de sacarme un Excelente?
Siempre tienen que estar a tiempo.
Y ¡ojo!, que eso no es regalar nota. Es sólo acompañarlos para que ellos la consigan.
Esto importa en la educación de los niños, porque crea una actitud positiva frente a los desafíos de la vida diaria.
Y sabido es que las actitudes positivas, así como las negativas, son en cierto modo “contagiosas”.
¡Y qué bien nos vendría a todos el Virus de la Actitud Positiva! (V.A.+)

1 comentario:

Rivmila dijo...

Ufff, que lindo, le felicito, Adriana creo así lo leí en perfil, "INTENTAR", es una de las cosas o pilares importantes en nuestro quehacer diario, sobre todo en el proceso de aprender,....Si compañera , tengo dos hijos...luchando, cometiendo errores pero ahí vamos, uno en la universidad y el otro en 5o año de Educación Media Diversificada,me gusta esto de los Blog, saludos, estaremos en contacto.. Abrazo.