lunes, 9 de junio de 2008

LA LLAVE DEL CORAZÓN

Muchas veces los maestros nos quejamos de nuestros alumnos.
-Hoy Fulanito no hizo nada. No trabajó. Molestó a todo el mundo, descontroló a los demás. Ni te cuento las palabrotas que dijo. ¡Irreproducibles! Lo mandé a la dirección, pero de allá vino peor.
La pobre maestra ad-honorem, ayer salió de la escuela llorando. Ya mandé llamar a la madre, pero ella dice que también la hace morir. Que ya no sabe más que hacer con él.
Y a mí también se me agotan los recursos. ¿Qué hago? Tal vez suspendiéndolo por unos días escarmiente, recapacite y venga a la escuela con más ganas de trabajar.
¿Qué maestra no hizo alguna vez estos comentarios u otros parecidos entre sus compañeras?
¿Quién no sufrió alguna vez este flagelo en una escuela de pueblo, común y corriente?
¡Cuántas veces he llegado a mi casa con todo esto dando vueltas en mi cabeza! El caso Fulanito.
Después de reflexionar y experimentar personalmente, entendí que mejor que preparar clases especiales para Fulanito, es averiguar qué le está pasando.
¿Por qué actúa así? ¿Qué me está queriendo decir?
Yo lo siento distante. Me está arrojando piedras para que lo mire. Está necesitando una cuerda salvadora por que se halla en dificultades.
No lo puede decir. No sabe a quién decírselo ni cómo. Está pidiendo auxilio. Veamos qué se puede hacer.
Fórmulas mágicas, no existen. Pero sí, con el correr de los años, aprendí algunas cosas, mitad experiencia, mitad surgidas espontáneamente no sé de dónde. Llamémoslo vocación, o una especie de pasión por querer transmitir algunas cosas buenas y útiles que la vida a uno le ha ido revelando. Enseñanzas de vida.
¿Me he acercado a Fulanito? ¿Lo he mirado sostenidamente a los ojos? ¿Le he dicho que lo quiero mucho y que tengo un par de cosas que enseñarle, que le van a ser útiles en la vida? ¿Lo he abrazado alguna vez? ¿Le he acariciado la cabeza?
No es tan fácil. Porque Fulanito tiene olor. No se baña. Además está siempre lleno de moco.
Pero… ¿Te preguntaste quién hay detrás de ese Fulanito mal educado?
¿Sabés quién hay debajo de ese Fulanito mal higienizado?
Probá buscarlo. Probá descubrirlo. Miralo a los ojos. Llamalo por su nombre. Decile “te quiero”.Preguntale qué le pasa, qué problema tiene. Hazle saber que puede contar con vos para lo que sea. No le grites aunque él te grite. Haz un esfuerzo por no perder el control. Contá hasta diez. Hasta cien, si es preciso. Concédele algunos permisos especiales. Escucha algunas de sus razones. Hazlo sentir importante, bueno para algo, el mejor en algo.
Te vas a sorprender cuando descubras al verdadero Fulanito. El Fulanito sin máscara y sin armadura. El alma desnuda de Fulanito. Vas a ver qué cosas lindas hay detrás de esos ojos que a veces hasta se llenan de lágrimas. Te vas a emocionar. Es lo más hermoso de ser maestra. Doy fe. Vas a ver que vale la pena buscar hasta encontrar la llave de su corazón. Y si después de todo eso no pudiste llegar al corazón de Fulanito, es una verdadera lástima. No Sabés lo que te perdiste.

1 comentario:

Rivmila dijo...

Necesitaba leer esto, repasar, y contar hasta cien... gracias Adriana,.. ando en busca de una llave de un corazón... con Dios, amor , fe, cariño, sobre todo paciencia lo voy a lograr...Cariño..Saludo.